Tesla ha anunciado planes para iniciar la producción de robots humanoides para uso interno en 2025. El proyecto, liderado por Elon Musk, busca implementar robots llamados Optimus en sus propias operaciones antes de expandir su uso comercial. Estos robots están diseñados para realizar tareas repetitivas y peligrosas, aliviando la carga laboral de los humanos en fábricas y otros entornos industriales. Aunque la idea suena prometedora, la compañía enfrenta escepticismo debido a promesas pasadas no cumplidas, como la red de vehículos autónomos robotaxi que se esperaba para 2020.
La primera generación de estos robots, llamada Bumblebee, fue lanzada en 2022, con la segunda versión presentada este año. Musk se muestra optimista sobre la posibilidad de ampliar la producción para 2026, permitiendo a otras empresas adoptar esta tecnología. El desarrollo de robots humanoides no es exclusivo de Tesla; otras compañías, como Honda y Boston Dynamics, también están explorando esta área para cubrir carencias de mano de obra y realizar tareas tediosas o peligrosas.
Actualmente, Tesla enfrenta una menor demanda de sus autos eléctricos, lo que ha llevado a Musk a centrar esfuerzos en otras áreas tecnológicas, incluyendo inteligencia artificial y software de conducción autónoma. El proyecto de robots humanoides podría representar una diversificación clave para la empresa, ofreciendo nuevas oportunidades de negocio y mejorando la eficiencia en procesos industriales.
A pesar de las promesas, existe incertidumbre sobre la viabilidad y el impacto real de estos robots en el mercado. El enfoque de Tesla en la robótica humanoide podría ser un cambio transformador o simplemente otra visión futurista que no logre materializarse. Mientras tanto, la comunidad empresarial y tecnológica observa con interés cómo evoluciona este ambicioso proyecto.